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Hagamos un balance: Las finanzas públicas se han fortalecido en muchos países

(Versión en English)

La lentitud de la recuperación mundial está dificultando el ajuste fiscal en el mundo entero, pero eso no significa que los logros hayan sido pequeños. De hecho, tras el empeoramiento registrado en 2008–09, el fortalecimiento de las cuentas fiscales ha progresado significativamente en los dos últimos años. La última edición del informe Monitor fiscal hace un balance de la situación.

Los déficits han bajado, y la deuda también en muchos casos

Querría comenzar por las economías avanzadas, que están sufriendo los problemas fiscales más apremiantes. La mayoría ha hecho avances satisfactorios en la reducción del déficit fiscal (el desequilibrio entre el gasto y el ingreso). Los déficits ajustados en función del ciclo económico bajaron alrededor de ¾ de punto porcentual del PIB en 2011 y 2012, y según las proyecciones bajarán 1 punto porcentual del PIB más, aproximadamente, en 2013. Pero como explico con un poco más de detalle en el vídeo sobre el Monitor fiscal, los déficits no están disminuyendo lo suficiente como para impedir el aumento de la deuda pública: aunque no tanto como antes, los países continúan endeudándose bastante, y globalmente su deuda va en aumento, incluso en relación con el PIB. Esto se debe, en parte, a que el PIB está creciendo poco. Pero aun en ese sentido ha habido progresos: aunque los coeficientes de endeudamiento siguen en alza, no están subiendo tan rápido como antes.

Pero estos son promedios que ocultan muchos detalles importantes. Analicemos mejor lo que están haciendo las economías avanzadas, que podemos dividir en términos generales en tres grupos.

El primero está integrado por los países cuyo coeficiente deuda pública/PIB está en declive o se mantiene estable. Este gráfico muestra el déficit promedio y el aumento del coeficiente de endeudamiento a lo largo del tiempo. El eje vertical representa el nivel del déficit a partir de 2007, y el horizontal, la variación acumulativa del coeficiente de endeudamiento desde 2007.

En los países del primer grupo, representados por la línea azul, la deuda y los déficits primero aumentan. Posteriormente, los déficits comienzan a bajar, pero el coeficiente de endeudamiento sigue aumentando. Finalmente, en la última etapa, el coeficiente de endeudamiento también comienza a disminuir.

El segundo grupo abarca los países cuyo coeficiente de endeudamiento está a punto de empezar a disminuir. Los déficits de este grupo están retrocediendo y el aumento del coeficiente de endeudamiento está perdiendo ímpetu, pero la deuda aún no mejora, aunque se mantiene relativamente baja (véase la línea verde).

El último grupo es el de los países con desequilibrios fiscales más grandes. En la mayoría, los déficits han comenzado a bajar, pero la deuda es elevada y/o va en aumento (véase la línea roja).

¿Cuáles son los próximos pasos?

Muchos países, particularmente del tercer grupo, tendrán que hacer ajustes fiscales durante años. Como ya hemos recalcado, la velocidad que necesita el ajuste dependerá de la magnitud de los desequilibrios fiscales, el grado de presión de los mercados y el estado de salud de toda la economía. En general, seguimos pensando que es preferible hacer los ajustes fiscales a un ritmo relativamente gradual, dada la persistente debilidad de la actividad económica. Para lograrlo, Estados Unidos tendrá que evitar el “precipicio fiscal” que abrirá la reducción automática del déficit e incrementar a tiempo el tope de la deuda.

En cuanto a las economías emergentes, el Monitor fiscal subraya que, en promedio, la deuda y los déficits fiscales son muy inferiores a los de las economías avanzadas. La mayoría de estos países harán una pausa en el ajuste fiscal en 2012 y 2013: el ajuste fiscal promedio de estos países, que fue considerable en 2010 y 2011, será casi cero este año y el próximo. Esa es una respuesta apropiada al debilitamiento de las perspectivas mundiales, pero hay varias economías emergentes que a mediano plazo tendrán que hacer esfuerzos considerables por recortar los déficits y la deuda, que todavía son sustanciales. De hecho, es significativo que varias economías emergentes aún tengan déficits primarios muy grandes —lo cual significa que sus ingresos no bastan siquiera para cubrir el gasto no financiero—pese a haber gozado de un crecimiento históricamente vigoroso durante varios años. Por lo tanto, cuando los riesgos a la baja para el crecimiento mundial disminuyan, estos países tendrán que comenzar nuevamente a reducir sus debilidades fiscales.