Por José Viñals
En la mañana de ayer, presenté nuestras últimas perspectivas sobre la estabilidad financiera mundial en Johannesburgo, Sudáfrica.
Es natural preguntarse cómo se encuentra el sistema financiero mundial en este momento. Efectivamente, hemos sido testigos de mejoras en los últimos tiempos, pero también estamos observando una dicotomía entre la economía y el sistema financiero. Aunque la recuperación económica internacional ha continuado, la estabilidad financiera aún está en peligro debido a una falta persistente de confianza por parte de los inversionistas en las entidades soberanas de algunos países avanzados y sus sistemas bancarios.
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En esta encrucijada, surgen tres reflexiones fundamentales.
- Primero, más de tres años después del estallido de la crisis financiera, la estabilidad financiera mundial aún no está asegurada.
- Segundo, las autoridades necesitan redoblar los esfuerzos por solucionar retos apremiantes para la política económica como el riesgo soberano, las vulnerabilidades del sistema bancario y la intensificación de los flujos de capital internacionales.
- Tercero, es necesario promover soluciones estructurales a problemas financieros de larga data.
- Los mercados dudan de la calidad de muchos activos bancarios, preocupados por la exposición de los bancos a países que enfrentan presiones soberanas y a créditos inmobiliarios.
- Los bancos también tienen por delante necesidades significativas de financiamiento en los dos próximos años. Durante ese período, las entidades soberanas también tendrán que refinanciar su propia deuda, generando una competencia por recursos de financiamiento limitados.
- Muchos bancos tendrán que incrementar sus niveles de capitalización. También deberán mejorar la calidad de su capital para tranquilizar a los inversionistas y cumplir con las normas de Basilea III, que son más estrictas. Si no se los resuelve, los retos que enfrentan los bancos podrían obstaculizar el suministro de crédito a empresas y hogares, y perjudicaría la recuperación económica mundial.
- Es necesario contener el riesgo soberano mediante estrategias de consolidación fiscal creíbles a mediano plazo.
- Además, hay que sanear el sistema financiero mediante un plan exhaustivo que despeje la incertidumbre en torno a los bancos y contribuya a restablecer la confianza de los inversionistas. Ese plan debería incluir los siguientes elementos: más transparencia bancaria; más potencia para la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera; recapitalización y reestructuración decisiva de los bancos; y mejor gestión de gobierno de la economía de la Unión Europea.
- Las autoridades deben instituir una estrategia creíble de consolidación fiscal a mediano plazo para evitar un aumento drástico de las tasas de interés a largo plazo.
- Asimismo, es necesario redoblar los esfuerzos por hacer frente al impacto en los bancos de los mercados inmobiliarios, donde persiste el deterioro.